Funciones de los triacilgliceroles
Fisiológicamente, los triacilgliceroles son una
importante reserva
energética. En la mayoría de las
células eucariotas, los triacilgliceroles se almacenan en el
citosol
como microscópicas gotitas grasas. En vertebrados hay
células especializadas en el almacenamiento de grasa, los adipocitos. En
humanos destaca la presencia de tejido graso debajo de la piel, en la
cavidad abdominal y en la glándula mamaria.
Almacenar “grasa” es más productivo que almacenar
polisacáridos (glucógeno en animales,
almidón en
vegetales) porque:
- Los ácidos grasos
que contienen (y que serán liberados por lipasas) son
moléculas
más reducidas que los glúcidos; por tanto,
generan
más energía que éstos en los procesos
oxidativos
del catabolismo. En promedios (números de Atwater) las
grasas proporcionan 9 kcal/g, mientras que los glúcidos dan
4
kcal/g (aproximadamente como las proteínas).
- Se almacenan sin agua asociada dado su carácter
hidrófobo,
mientras que cada gramo de glucógeno tiene asociados dos
gramos
de agua de hidratación; por eso, el rendimiento
energético por gramo de triacilglicerol almacenado es muy
superior al del glucógeno hidratado. Además,
hasta el 80
o 90% del volumen de los adipocitos puede estar ocupado por grasa.
- Los depósitos de triacilgliceroles pueden ser
mucho
mayores que los de glucógeno; una persona de unos 70 kg
almacena
menos de 0,5 kg de glucógeno (sumado músculo e
hígado) frente a un promedio de 10 kg de triacilgliceroles,
que
constituyen una reserva energética para varios meses. Si la
energía almacenada por kilogramo de triacilgliceroles
tuviera
que estar en forma de glucógeno, su masa sería
cinco
veces superior.
Además, también para animales, los
triacilgliceroles son importantes para la regulación
térmica:
- En el tejido adiposo blanco contribuyen al aislamiento térmico.
Por esta razón, los animales polares y otros que viven en
entornos fríos poseen gruesas capas de grasa
subcutánea.
- El tejido adiposo pardo o marrón (exclusivo de
ciertos mamíferos) está especialmente
diseñado para la termogénesis
sin tiriteo
(generación de calor por desacoplamiento de la
fosforilación oxidativa y la síntesis de ATP) que
es
importante para recién nacidos, animales adaptados al
frío y para hibernantes.
En los animales hibernantes, aparte de estas dos
funciones, reserva energética y
regulación
térmica, las reservas grasas son la base del metabolismo
durante
los largos periodos de hibernación y son fundamentales para
la
producción de “agua
metabólica” mediante la oxidación de
sus ácidos grasos; también
en animales desérticos se da la paradoja de que las reservas
grasas (p.e., de la joroba de camellos y dromedarios) sirven como
reserva de agua metabólica. Por otro lado, las semillas de
muchas plantas almacenan triacilgliceroles que
proporcionarán energía y precursores
biosintéticos en el momento de la
germinación.
Por último, en los animales
acuáticos, las reservas de triacilgliceroles
generales o en órganos especiales (como el órgano de
espermaceti de cachalotes)
facilitan la flotación y contribuyen a la ecolocalización.