Funciones de los triacilgliceroles

Fisiológicamente, los triacilgliceroles son una importante reserva energética. En la mayoría de las células eucariotas, los triacilgliceroles se almacenan en el citosol como microscópicas gotitas grasas. En vertebrados hay células especializadas en el almacenamiento de grasa, los adipocitos. En humanos destaca la presencia de tejido graso debajo de la piel, en la cavidad abdominal y en la glándula mamaria.

Almacenar “grasa” es más productivo que almacenar polisacáridos (glucógeno en animales, almidón en vegetales) porque:

Además, también para animales, los triacilgliceroles son importantes para la regulación térmica:

 En los animales hibernantes, aparte de estas dos funciones, reserva energética y regulación térmica, las reservas grasas son la base del metabolismo durante los largos periodos de hibernación y son fundamentales para la producción de “agua metabólica” mediante la oxidación de sus ácidos grasos; también en animales desérticos se da la paradoja de que las reservas grasas (p.e., de la joroba de camellos y dromedarios) sirven como reserva de agua metabólica. Por otro lado, las semillas de muchas plantas almacenan triacilgliceroles que proporcionarán energía y precursores biosintéticos en el momento de la germinación.

Por último, en los animales acuáticos, las reservas de triacilgliceroles generales o en órganos especiales (como el órgano de espermaceti de cachalotes) facilitan la flotación y contribuyen a la ecolocalización.

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