Para que se produzca el intercambio gaseoso, las paredes de los
alvéolos pulmonares deben ser muy delgadas. Para que con esta
delgadez no se colapsen los alvéolos, la dipalmitoilfosfatidilcolina (DPPC) actúa como surfactante reduciendo la tensión superficial del medio acuoso desde 0,07
N/m hasta 0,01 N/m; así se mantiene la integridad alveolar. La
función pulmonar normal depende, por tanto, del aporte constante
de DPPC; como prueba de ello, esta molécula supone más
del 80% de los fosfolípidos
del fluido extracelular que cubre
los alvéolos.
dipalmitoilfosfatidilcolina
La síntesis y la secreción natural de DPPC no
comienzan hasta los 7 u 8 meses de gestación; hasta este
momento, el pulmón fetal sintetiza fundamentalmente
esfingomielina. La ausencia o los niveles muy bajos de DPCC en un
recién nacido determinan que éste no pueda llenar sus
pulmones con aire; esto produce el síndrome de estrés respiratorio en un 50% de los recién nacidos prematuros; la consecuencia es que un 25% de ellos muere o padece trastornos derivados.
En el surfactante también hay fosfatidilglicerol, fosfatidilinositol y proteínas surfactantes de 18 y 36 kDa que modifican la estructura molecular de la película de fosfolípidos secretada por los neumocitos de tipo II, de tal manera que la estabilizan y mantienen su flexibilidad.
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