En la ß-oxidación mitocondrial las enzimas actúan en el extremo donde está el grupo carboxilo del ácido graso pero hay una vía, aunque minoritaria, en la que la oxidación se produce en el extremo ω de los ácidos grasos. Las enzimas que llevan a cabo este proceso se localizan en el retículo endoplásmico de hígado y riñón y actúan preferentemente sobre ácidos grasos de 10-12 carbonos. Fallos que afecten a la ß-oxidación pueden favorecer una mayor tasa de ω-oxidación.
El primer paso de la ω-oxidación es la introducción de un grupo hidroxilo en el carbono ω; el oxígeno del hidroxilo procede directamente del oxígeno molecular y la reacción, que cataliza una oxidasa de función mixta, también necesita de la participación de NADPH y del citocromo-P450.
En la segunda reacción, sobre el alcohol generado actúa una alcohol deshidrogenasa que oxida el grupo hidroxilo a carbonilo; el NAD+ es el aceptor de electrones.
Una aldehído deshidrogenasa oxidará después el grupo carbonilo a carboxilo (con el NAD+ como aceptor de electrones) produciendo así un ácido graso dicarboxílico que puede unir coenzima A en cada uno de los grupos carboxilo, pasar a la mitocondria y entrar en la ß-oxidación "normal" para dar derivados también dicarboxílicos: succinato, que puede incorporarse al ciclo de Krebs, y adipato (ver estructuras).
Aunque la ω-oxidación es una vía minoritaria del metabolismo de los ácidos grasos, es útil para hacer más hidrosolubles, y más fácilmente excretables, moléculas con largas cadenas alquílicas.
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