Las reservas de triacilgliceroles de muchos animales tienen como función proporcionarles energía, en unos casos, o calor, en otros, mediante la oxidación de sus ácidos grasos, pero también agua pese a que los almacenes grasos están exentos de este componente como tal. Esto se debe a que en los procesos del catabolismo de las moléculas energéticas se genera “agua metabólica”.
Se estima que 1 g de glúcidos produce 0,56 g de agua, 1 g de proteínas produce 0,40 g de agua y 1 g de grasa aproximadamente el mismo peso de agua (1,07 g); estos datos vienen de la cuantificación de las moléculas de agua a partir de las reacciones de oxidación. Para una molécula de ácido palmítico esta reacción sería:
C16H32O2 + 23 O2 → 16 CO2 + 16 H2O (+ energía)
Entonces, 1 mol de ácido palmítico (256 g) produce 288 g de agua por lo que 1 g de palmítico da 1,125 mL de agua.
Para la oxidación de la tripalmitina (ver estructura), la reacción sería:
C51H98O6 + 72,5 O2 → 51 CO2 + 49 H2O (+ energía)
Por tanto, de 1 mol de tripalmitina (806 g) se obtienen 882 g
de agua; de 1 g de tripalmitina, se obtendrán 1,09 mL de agua.
En organismos vivos, el metabolismo oxidativo de los lípidos produce una cantidad de agua mucho mayor. Se pone como ejemplo la producción de agua metabólica del catabolismo de una molécula de ácido palmítico:
Ácido palmítico + 23 O2 + 106 ADP + 106 Pi →
16 CO2 + 122 H2O + 106 ATP
De las 122 moléculas de agua, 100 proceden directamente de la síntesis de ATP (ver detalles). Con estos datos, a partir de un mol de tripalmitina (y sin tener en cuenta el glicerol) se obtendrían 6588 g de agua; esto corresponde a 8,2 L de agua por kg de grasa catabolizada.
De esta manera, los animales adaptados a ambientes secos y desérticos disponen de una importante reserva de energía y de agua en sus reservas grasas, algo que es especialmente útil en camellos (Camelus bactrianus) y dromedarios, o camellos arábigos, (Camelus dromedarius) que acumulan gran cantidad de grasa en sus jorobas —dos y una, respectivamente—: de 15 a 20 kg de triacilgliceroles y fosfolípidos con más de un 60% de ácidos grasos saturados, sobre todo los ácidos palmítico (C16:0) y esteárico (C18:0); entre los insaturados destaca el oleico (C18:1n-9). Cuando estos animales pasan mucho tiempo sin comer, la joroba se vacía y colapsa; su regeneración requiere meses de alimentación a un ritmo normal.
La producción de agua metabólica sustenta procesos vitales para el organismo (hidrólisis de ATP, por ejemplo) pero camellos y dromedarios tienen otras adaptaciones que les permiten sobrevivir en entornos áridos.
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