Los gradientes de densidad se consiguen preparando gradientes de concentración con solutos de elevada solubilidad y densidad. Algunos solutos de uso frecuente son sacarosa, Ficoll® (un polisacárido sintético) y cloruro de cesio.
Se preparan pipeteando con precaución sucesivas alícuotas de disoluciones de concentración decreciente, una sobre otra de modo que formen capas en el tubo de centrífuga. (Véase la animación a continuación.)
Los gradientes de densidad se preparan habitualmente en el propio tubo de centrífuga empleando un dispositivo que, en continuo, mezcla gradualmente dos disoluciones de distinta concentración del soluto.
Detalles del procedimiento y forma del gradiente resultante.
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